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Icon Mar, 06/12/2016 - 14:04
Julie London,  Julie is Her Name

DISCOS RECOMENDADOS - Julie London "Julie is Her Name"

En esta ocasión, el disco recomendado es el primero de Julie London, el que le lanzó al estrellato, “Julie Is Her Name”, publicado por Liberty Records en diciembre de 1955, cuando en la música popular había joyas de este calibre, melodía en estado puro. En él, la voz de Julie estaba arropada solo por dos instrumentos ¡Pero que guitarra! Ni mas ni menos que el maestro Barney Kessel, junto a Ray Leatherwood al contrabajo.

Este mismo año, nuestra protagonista, cuyo nombre real era Gayle Peck, comenzaba su carrera musical a la edad de 29 años, una carrera en la que grabaría 32 álbumes, y que comenzó con mucha fuerza, siendo nombrada como mejor vocalista popular femenina por la revista Billboard durante 1955, 56 y 57.

El disco empieza, ni mas ni menos, con el tema “Cry me a River”, una canción que compuso Arthur Hamilton, y que se convirtió en un éxito millonario debido a la aparición de Julie interpretándola en la película de 1956 “The Girl Can't Help It”, lo que supuso entrar en listas tanto en U.S.A. como en U.K.

La tónica se mantiene muy regular, canciones que apenas llegan a los 3 minutos, con una voz sugerente arropada por la maestría de Kessel, quien parece tener siempre las notas perfectas.

En el segundo tema, el standard de 1944, “I should care” encontramos una vez mas ese ambiente evocador y melancólico, donde no deja de sorprender algunos de los fraseos cromáticos de Barney Kessel, cuando parece que se aleja de la melodía, resuelve la tensión como pocos músicos saben hacerlo, una maravilla para el oído.

Cuando no te has repuesto de la belleza del corte anterior, otro standard, otra melodía de esas que parece que has estado escuchando toda tu vida, “I´m in the mood for love” Una delicia de 1935 que ha sido interpretada por cientos, si no miles, de artistas populares a lo largo de la historia.

De nuevo, las lineas melódicas, desde los primeros compases, hacen que a uno le entren ganas de coger la guitarra y estudiar un poco de “comping”, ¡2:29 minutos de gloria!

El disco se mantiene regular en los ritmos, podría considerarse una joya del “Easy Listening”, se presta tanto a escucharlo con todos los sentidos puestos en él, como a tenerlo de música de fondo mientras nos dedicamos a nuestras labores cotidianas.

Por supuesto, como no podía ser de otra manera, continua con un standard melódico, en este caso “I’m Glad There Is You”, otra ocasión de enamorarse de esa voz que parece dirigirse solo a ti.

Sigue una hermosa melodía de 1927 “Can’t Help Lovin' That Man” del musical “Show boat”, una canción popularizada por Helen Morgan.

Cada una de las canciones de "Julie is Her Name" podrían definirse del mismo modo, es un disco lineal y coherente, que no quiere decir que sea aburrido.

Hay que decir que Barney Kessel, ya había tocado con gente del calibre de Lester Young, Oscar Peterson, Sonny Rollins o Charlie Parker, así como en la banda liderada por Chico Marx -si, el de los hermanos Marx-, siendo conocido como un reputado músico de sesión.

“I love you so”, “Say It Isn't So” y "It Never Entered My Mind" siguen en la misma línea suave, sin grandes sobresaltos.

En “"Easy Street" sin dejar de utilizar recursos aterciopelados el sonido se torna mas liviano, sacudiéndose la melancolía con cierto aire de blues, parece que el disco quiere dar un giro, como se puede comprobar con la siguiente canción “'S Wonderful” el único up-tempo del disco, tema que aparece en “Un americano en Paris” cantado por Gene Kelly.

Otra cosa que cabe destacar es algo que cada vez es mas difícil encontrar en la música, y es la capacidad de sintetizar tanto en tan poco tiempo, como ocurre en poco mas de un minuto y medio con el tema “No moon at all”.
“Laura” es otro standard de mediados de los años 40, de cuando música y cine estaban estrechamente relacionados, pues también es una canción popularizada en la película del mismo nombre, dirigida por Otto Preminger.

Y llega el final del disco de la misma manera que empieza, con la misma hermosura que nos ha acompañado durante los 29 minutos anteriores, con una canción llamada “Gone with the Wind”, esta vez no está relacionada con la película “Lo que el viento se llevó”.

En resumen, un disco intimista de los que crean afición a los sonidos dulces, que no empalagosos, del jazz, cuando este formaba parte de la música popular.