Accesorios  

Icon Mar, 31/12/2013 - 15:18
PÚAS, PÚAS, MÁS PÚAS...

PÚAS, PÚAS, MÁS PÚAS... (1ª parte)

Uno de los accesorios principales que todo guitarrista, incluidos Mark Knopfler y Tuck Andress, ha usado alguna vez en su vida es la púa. Puede parecer ridículo que este pequeño objeto sea determinante en la búsqueda de un buen tono de guitarra pero lo cierto es que desempeña un papel importantísimo en la cadena de nuestro equipo.

A menudo los guitarristas prestamos más atención al material de las cuerdas, su calibre, los pedales, las maderas o las pastillas y dejamos de lado a las humildes púas, curiosamente el elemento más barato a la hora de analizar y experimentar. No vamos a entrar aquí en consideraciones estéticas o secundarias tales como colores, logotipos, coleccionismo o simple mimetismo hacia un artista de relevancia contrastada: en una grabación no se distingue la forma ni el color del plectro; sí que se distingue el tono que proporciona un determinado material, el grosor, la técnica y en eso vamos a basar principalmente este pequeño artículo. Pero, ¿qué dice este hombre del tono? ¿Cómo se va a distinguir la púa en una grabación? Pues sí, no hay más que dejarla caer sobre una mesa de madera y pegar la oreja, cada material es distinto y resuena de distinta manera, hacedlo y lo notaréis enseguida.

 

  • GROSOR

Es uno de los aspectos más importantes en la elección de la púa, ya que influye decisivamente en el tono y en la articulación. Una púa delgada necesariamente producirá tonos más débiles y finos, a la vez que será menos receptiva a la dinámica de ejecución del guitarrista. La causa es simple: en la pulsación de la cuerda, la púa tiende a doblarse y provoca una mayor imprecisión en el control por parte del guitarrista. Como norma general, se usa para las partes rítmicas, donde no es necesario un control exhaustivo ni se incide demasiado en la dinámica. Cuando hablamos en términos de control, dinámica y tono inevitablemente tenemos que recurrir a una púa gruesa: el sonido es más cálido y carente de ruido. Al ser más rígida, el guitarrista ejerce un mayor control sobre la pulsación, toca “lo que quiere tocar”, razón por la cual este tipo de púas es el escogido por numerosos guitarristas solistas.

Cierto es que esta descripción no es absoluta y que hay numerosas excepciones al respecto. El aprendizaje en cuanto a la técnica del instrumento es el que va llevando al guitarrista a “su grosor”, por lo que se recomienda empezar por una púa de tipo medio. Normalmente, el guitarrista necesita un control progresivo sobre lo que va asimilando y, con ello, suele variar el grosor de la púa con los años de práctica.

 

  • MATERIAL

Junto con el grosor, es el aspecto más importante de una púa. Probad a enseñarle a alguien ajeno al ámbito guitarrero una púa y a preguntarle de qué está hecha. Seguro que os dice “de qué va a ser, pues de plástico”. A no ser que sea químico seguramente no sabrá que hay multitud de tipos de plásticos y que cada uno tiene sus propiedades. Estas propiedades, aplicadas al campo que tratamos ahora, son las que van a determinar el tono según usemos unas u otras. Pero no sólo se trata de plásticos, el mercado actual nos ofrece una cantidad enorme de materiales entre los que escoger (con multitud de variantes en cuanto a forma, color, etc.). De esta forma, para empezar podemos establecer ya una división primaria: materiales naturales y sintéticos. Vamos al lío...

Los materiales sintéticos son los más conocidos por el público en general. De hecho, el 90% de las púas que se comercializan actualmente están fabricadas a partir de plásticos industriales muy utilizados en otros sectores. Más adelante también hablaremos sobre materiales que nos regala la madre Naturaleza pero es necesario, por su extensión, empezar por los materiales plásticos. A continuación, por orden de importancia, veremos los más utilizados en la fabricación de púas y sus características principales.

  • Celuloide:

Es quizá el material plástico más utilizado. Las púas de celuloide nacieron con el siglo XX y pronto alcanzaron la aprobación de los músicos. En realidad, vino a sustituir a un material imposible de conseguir actualmente y que está considerado el Santo Grial del tono. Pero eso es otra historia de la que hablaremos más adelante. Hoy día, las púas de celuloide todavía manifiestan su reinado cuando el instrumentista va a una tienda de instrumentos musicales y se le ofertan como una opción más a elegir entre muchos otros plásticos más modernos. Todos los fabricantes reservan un lugar privilegiado a este material en sus catálogos y, a menudo, bajo la denominación de “classics”.

En cuanto a sus características principales, las púas de celuloide presentan un alto índice de flamabilidad y fácil combustión. Tienen buena memoria (capacidad de retorno a su posición inicial una vez deformada) y desgaste medio. Se fabrican en multitud de formas y colores -algunos de ellos etiquetados como “premium” muy bellos- y el contorno suele estar redondeado. Uno de los colores más utilizados es el denominado “tortoise shell” (marrón veteado translúcido), aunque también se fabrican en color blanco o confetti, por ejemplo. Curiosamente, cada color tiene su “tono” particular -debido al pigmento utilizado en su fabricación- y puede haber también sutiles variaciones en púas aparentemente idénticas. Hay quien afirma que las púas de celuloide de color blanco duran más y producen un sonido más cálido y redondo que, por ejemplo, su homóloga translúcida azul o marrón (levemente más brillante y débil).

Por lo general, el tono del celuloide es muy suave y musical, muy agradable al tacto. La superficie de la púa suele estar muy pulida y brillante (esto a veces puede provocar problemas de sujeción si hay sudoración) aunque también se fabrican modelos con textura rugosa que facilitan el agarre. El ataque hacia la cuerda viene acompañado de un pequeño “tick” si se emplea el extremo puntiagudo de la púa; si se emplea uno de los dos lados redondeados superiores (muy empleado por numerosos guitarristas, como SRV), ese ligero matiz agudo se ve disminuido y el sonido gana levemente en cuanto a tonos medios, volviéndose más profundo. Los contornos redondeados provocan cierto ruido en el desplazamiento de la púa sobre las cuerdas y matizan el carácter percusivo de la misma, sobre todo en sonidos limpios, sin saturaciones.

El modelo 351 que diseñara en su día D’Andrea -injustamente reconocido como la “Fender pick”- en celuloide y grosor medio, es el tipo de púa más extendido entre los guitarristas de todo el mundo, lo cual no quiere decir que no se utilicen otros diseños: también podemos encontrar otras formas y tamaños en púas de celuloide tales como triangular, jazz, redonda, etc., es cuestión de experimentar hasta dar con la forma idónea.

Debido a su alto coste de fabricación y manipulación, una púa de celuloide puede costar casi el doble que una púa de otro material. Es por ello que en su día se empezó a investigar en otros materiales de menor coste y similares características tonales que pudieran sustituirlo efectivamente. Con ello, la oferta en modelos de celuloide se está viendo disminuida cada vez más en cuanto a formas y colores y en cuanto a calidad: formas menos cuidadas y trabajadas, superficies mediocres, contornos desiguales, logotipos deficientes e, incluso, borrosos, etc. D’Andrea afirma que el material ideal como sustituto del celuloide y mucho más barato es el V-Resin (de hecho, fabrica actualmente un modelo llamado Pro Plec con este material y la verdad, es parecidísimo, en tono y color, y más económico).

¿Qué guitarristas famosos son fieles usuarios del celuloide? Joe Satriani, Eric Clapton, Richie Sambora, Joe Walsh, etc.

 

  • Delrin:

Otro material muy usado y que podemos encontrar en multitud de tiendas de música. Son las famosas púas de colores según calibre: violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Esta distinción la han hecho suyas multitud de fabricantes para sus gamas Delrin. Es algo más elástico que el celuloide y similar en cuanto a tono, aunque un poco más hueco y ruidoso, además de levemente superior en cuanto a duración. Anteriormente, cuando hablábamos del celuloide, comentábamos que había fabricantes que en su catálogo ofrecen la posibilidad de comprar las variantes en mate, es decir, sin la superficie pulida para facilitar el grip. Sin embargo, el canto de la púa suele ser redondeado. Bien, referente al delrin, también hay versiones en brillo o mate pero no sólo eso, también con los cantos redondeados o afilados (“beveled”). Eso tiene una justificación: si queremos limpieza en el ataque la púa tiene que ser muy delgada pero perderíamos control en la articulación, el control que nos da una púa gruesa. ¿Qué hacemos? Pues nada, púa gruesa y le afilamos los cantos, lo mejor de ambos mundos. Las Dunlop 500 vienen así mientras que las Dunlop Tortex de colores son mates y con los cantos redondos. La oferta se va diversificando pero todavía hay más donde elegir.

Usuarios del delrin: Steve Vai, Yngwie Malmsteen, Kirk Hammet, Buddy Guy, etc.

 

  • Nylon:

Otro plástico muy extendido en la fabricación de púas. Normalmente suelen venir con los cantos afilados y pueden llevar los gráficos, logos, etc. en relieve, lo cual permite un agarre idóneo. Es un material bastante duradero, más que los vistos anteriormente y el tono es distinto. Ante dos púas de igual grosor pero siendo una de delrin y otra de nylon, ésta última será más flexible. Es decir, una de delrin de 1 mm. equivale a una de nylon de 1.2 mm., aproximadamente, es por la misma naturaleza del plástico. Son muchísimo menos ruidosas en el ataque, siendo ésta la razón por la que muchísimos guitarristas emplean púas de este material. Es curioso lo del nombre: nylon. Cuando se desarrolló este plástico era de esperar que el éxito del mismo se produjera principalmente en Nueva York y en Londres. Seguro que muchos conocéis las típicas nylon de Dunlop grises y negras, son una plaga en las tiendas. Pero no son las únicas, de hecho un modelo Dunlop de nylon es quizá la mejor de todas, según muchísimos guitarristas, la archifamosísima Jazz III.

Usuarios: Eric Johnson, John Petrucci, Michael Angelo.

 

Daniel J. García para www.guitarrista.com

 

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